(Fernando Arrechea Rivas, 14/06/1900)
La mayor de las alegrías nos invade al transmitir a nuestros lectores la crónica de nuestro viaje a París y la victoria de nuestros compatriotas, los animosos pelotaris amateurs y destacados sportsmen Francisco Villota y José de Amézola en el Campeonato del Mundo de Cesta Punta disputado recientemente en la capital francesa.
No aburriremos a nuestros distinguidos lectores con una retahila de anécdotas y eventos de la Exposición Universal que, con tanto éxito, se está llevando a cabo en París. Tampoco entraremos a debatir la cuestionable exhibición de tópicos de la España más “cañí” de nuestro pabellón, tiempo habrá para ello en otras crónicas. En la actual, nos centraremos en la participación de sportsmen españoles en los Concursos Internacionales de Ejercicios Físicos y Deportes que se están desarrollando en el marco de la Exposición y que parecen haber substituido (para nuestra mayor sorpresa) a los programados Juegos Olímpicos que se habían anunciado tras el éxito de la primera edición disputada en Atenas en 1896. Ningún rastro de los Juegos hemos encontrado en París y nuestra consulta sobre los mismos ha sido recibida con gestos de sorpresa o comentarios despectivos, llegando a oír frases como: “nada pintan los amateurs del barón de Coubertin en esta Exposición” o “el programa olímpico presentando por Coubertin era mezquino e indigno para la nación”.
Lo cierto es que no tenemos claro si hemos asistido a los II Juegos Olímpicos o no, lo que podemos transmitirles es que hemos presenciado campeonatos del mundo para amateurs y para profesionales del mayor nivel, así como exhibiciones y torneos de todos los deportes conocidos y otros de lo más exótico y novedoso.
En muchos de estos campeonatos y torneos han competido con la mayor brillantez varios compatriotas amantes del sport, de entre los que destacan, como hemos avanzado, los puntistas amateurs campeones del mundo: Amézola y Villota.
En muchos de estos campeonatos y torneos han competido con la mayor brillantez varios compatriotas amantes del sport, de entre los que destacan, como hemos avanzado, los puntistas amateurs campeones del mundo: Amézola y Villota.
En foto superior derecha imagen de Francisco Villota. En la presente, aspecto del lugar del evento. |
Otros sportsmen amateurs españoles que han defendido nuestra enseña en estos Concursos han sido: el gran esgrimista don Mauricio Álvarez de las Asturias, duque de Gor y los animosos y jóvenes scullers del Real Club de Regatas de Barcelona, señores Camps, Fórmica, Vela, Margarit y Quintana. En las pruebas velocipedistas ha destacado un tal Fernand Sanz (francés) sobre cuya verdadera identidad no podemos dar más detalles por nuestra lealtad inquebrantable a la Corona y a la Reina Regente. El lector más informado entenderá nuestro silencio.
Otros sportmen franceses de origen español de los que hemos tenido noticia han sido el señor François Vilamitjana (segundo clasificado en dos pruebas de vela) y un brillante gimnasta procedente de Orán (ciudad de alma españolísima en el África Francesa) llamado Joseph Martínez.
Entre los participantes en diversos torneos populares alejados del espíritu olímpico y amateur propugnado por el barón de Coubertin, hemos encontrado a los siguientes distinguidos caballeros: don Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa de Asturias (segundo clasificado en un torneo de tiro al pichón), don Camilo Hurtado de Amézaga (también en el tiro al pichón), don Luis de Errazu (caballero del polo) y el marqués de Guadalmina con su hermoso carruaje en la exhibición de los mismos. Así como a varios sportsmen profesionales que han buscado su sustento en estos concursos: los pelotaris Barrenechea e Ituarte (campeones del mundo profesionales), Abadiano y Elícegui, el atleta Estella y el velocipedista Soler.
Todos han destacado por su patriotismo e hidalguía, pero insistimos en destacar la histórica victoria de los señores Amézola y Villota y pasamos a relatar la misma tal y como la vivimos.
Cartel anunciador del evento |
Respondiendo a la convocatoria efectuada por la organización del concurso de pelota vasca a través de los consulados franceses nuestros animosos puntistas, los señores Amézola y Villota (entrañables amigos desde los tiempos del bachillerato en el Instituto de Bilbao) viajaron a París acompañados por el hermano de don Francisco, el insigne ingeniero señor Álvaro Villota y Baquiola.
Se presentaron en el frontón de la Sociedad Vasca de París, sito en la calle Pauline Borghèse nº26 de Neuilly-sur-Seine el jueves 14 de junio a la hora acordada y allí conocieron a sus únicos rivales: dos vascos franceses afincados en la capital gala llamados Durquetty y Etchegaray. Fuimos testigos de discusiones entre estos aguerridos vascos del norte y los responsables de la organización: los señores Béguin y Petit y de la ansiedad de nuestros representantes por iniciar el partido y dilucidar el campeonato mundial amateur en juego.
El partido se inicio con retraso y a los pocos minutos de iniciarse los franceses se retiraron entre protestas del público y gritos de los organizadores. Según supimos después renunciaron ”en razón de los cargos impuestos a la organización”. Poderoso caballero es don dinero.
Nuestros amigos José de Amézola (nacido en Urcabustaiz, Álava, residente en Bilbao) y Francisco Villota (de Madrid, aunque hijo de hidalgos de Mioño, provincia de Santander) fueron proclamados campeones del mundo amateurs de pelota vasca (medalla de oro olímpica si esto hubieran sido unos Juegos Olímpicos) y recibieron unos objetos de arte de recompensa entre algún grito aislado de alegría de los españoles allí presentes. Como pareja campeona quedaron registrados en el libro oficial y así los recordará la historia.
Pero la historia tiene otro final del que fuimos privilegiados testigos: nuestros campeones no quedaron conformes con este desenlace y mostraron su disgusto por haber efectuado tan largo viaje para no jugar, con la complicidad de varios aficionados franceses y españoles al noble juego de la pelota pronto nació la idea de jugar unos partidos individuales (al margen de la organización y de sus reglas y normas) de cesta punta para escoger al verdadero e individual campeón: nuestro querido amigo don Francisco Villota Baquiola resultó vencedor.
Enhorabuena.
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Notas aclaratorias:
-Evidentemente este artículo es un ejercicio de “historia ficción” en el que intento reconstruir (basándome en las fuentes primarias a las que he tenido acceso: prensa de la época, libro oficial de los Concursos, testimonio de familiares) lo ocurrido en París en 1900, utilizando el lenguaje y el estilo narrativo de la época.
-Las frases entrecomilladas son literales y proceden de la prensa de la época o del libro oficial de los Concursos.
-El ciclista francés Fernand Sanz era Fernando Sanz y Martínez de Arizala, hijo no reconocido de Alfonso XII con su amante la cantante de ópera Elena Sanz, hecho censurado en la prensa de la época.
-El hecho de que el hermano de Villota les acompañara en el viaje nos fue transmitido por doña Ana Careaga Villota (sobrina nieta de don Francisco Villota).
-La disputa de partidos oficiosos individuales y la victoria final de Villota aparece en L´Almanach des Sports 1901 y en un artículo homenaje que le dedicaron en Gran Vida en marzo de 1904.
-En agosto de 2004 el COI reconoció a Villota y a Amézola como medallistas de oro en París 1900. En 2008 publiqué sus identidades completas (José de Amézola y Aspizúa y Francisco Villota Baquiola).
Para saber más:
- Arrechea Rivas, F., 1900. La Primera Aventura Olímpica Española. Edición del autor/ Bubok, 2009.
- Arrechea Rivas, F., Olímpicos Españoles I. De los Orígenes a 1936. Bubok, 2011.
- http://olimpismo2007.blogspot.com
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