(Carlos Manuel Pérez, Barcelona a 28 de Julio de 1992)
Martín López Zubero se presentaba en esta final como recordman mundial tras haber batido el récord del mundo hasta dos veces el año pasado y dejarlo en 1.56´57´´ en Tuscaloosa. Como Campeón del Mundo el año pasado en Perth y de Europa en Atenas y con más de dos años imbatido en su prueba, este joven de 23 años parecía tener la medalla cantada... pero para conseguirla se ha sufrido y mucho.
España ha sumado su segundo oro con la extraña sensación de que todo ha fluido muy fácilmente. En las eliminatorias ya había conseguido el mejor tiempo por delante del rival de su serie, el veterano alemán Tino Weber. Los dos estadounidenses Sharp y Schwenk, los únicos que habían bajado de 1.59 esta temporada, habían tenido una prestación mediocre con el primero de ellos fuera de la final y el segundo fuera de su mejor forma. La final se presentaba abierta, a priori, pero eso sí, para la segunda plaza. Martín parecía pletórico de forma, de moral y de ganas. Esta nueva experiencia que estamos degustando de competir en unos Juegos como locales quizás explique muchas de las gestas de las que los españoles hemos sido simples espectadores en 96 años de historia de este bendito invento llamado Juegos Olímpicos.
La final se conformaba con 6 europeos, un estadounidense y un japonés. Si alguien podía complicarle la vida a Martín era el siempre impredecible Vladimir Selkov, primero por su calidad y segundo por esa innata capacidad que tiene y exhibe para desmontar cualquier táctica saliendo cual kamizaze en los dos primeros largos de piscina. El estadounidense Tripp Schwenk se consideraba como un rival peligroso, pero este año lo mejor de la espalda norteamericana estará en la final de los 100 metros. El actual subcampeón mundial, el italiano Stefano Battistelli, es un rival letal en el último largo si consigue llegar con opciones a algo.
La calle 4, por la que viajaba Martín, siempre da sensación de dominio, permite controlar a rivales a diestra y siniestra. De hecho, parecía dar confianza al nadador entrenado por su hermano David en Florida que destilaba ganas y confianza pero también ciertos nervios en el podio de salida.
La carrera no ha defraudado las expectativas. Selkov se lanzó como él suele, cubriendo los primeros 100 metros en primera posición con un parcial de 58’86’’, con Martín algo retrasado pero aún dentro de lo previsto. La final no transcurría con parciales rápidos, con las gradas de la Bernat Picornell abarrotadas y jaleando continuamente las brazadas del nadador español, los nervios iban apoderándose de toda la afición, del cuadro técnico e incluso daba la impresión que del propio Martín.
Al paso por los 150 metros encabezaba el japonés Itoi, delante de Selkov que, como en él es habitual, iba a de más a menos, siendo tercero Martín, el hombre que siempre va de menos a más, a veces incluso a mucho más. El último largo es su habitat natural, donde él saca su fuerza y resistencia, donde ha sentenciado sus títulos y sus mejores marcas. Todos los antecedentes le avalaban pero no ha podido colocarse en cabeza de la prueba hasta los últimos 25 metros. A partir de ahí la locura se ha apoderado de la piscina. El título no se podía escapar, no se debía escapar.
Los nervios tornaron en lágrimas para unos y llantos para otros. Su hermano David pululaba nervioso recordando quizás su medalla doce años atrás en Moscú, o quizás los miles de kilómetros y horas empleados junto a su hermano en las piscinas de Florida, puliendo su técnica y su forma física, con el gran objetivo recién conseguido, ser Campeón Olímpico. Como curiosidad, apuntemos que ellos forman la cuarta pareja de hermanos que consiguen la gloria olímpica en este deporte que se mueve bajo el agua.
Martín tiene esa extraña habilidad de parecer hacer fácil lo que es tan difícil, es del gremio de Miguel Induraín, de los que no fallan, de los que miran los rivales hacia abajo, de los que marcan una época. La vida de su familia ya fue ampliamente difundida cuando su hermano David consiguió la primera medalla Olímpica para la natación española y aquí se vuelve a reavivar la leyenda, pero eso sí, mejorada.
El bueno de Martín ciertamente emocionado declaraba al salir de la piscina : “Ganar una medalla en unos Juegos Olímpicos es un sueño cuando lo haces frente a tu País, tu familia, tus amigos. Es un sueño y además ganar aquí es especial”. “Si, nací en Estados Unidos y allí me crié, pero me siento muy español. Crecí con España en el corazón. Me siento parte de aquí y ahora mismo mucho más”.
El crono final no ha sido brillante, pesaron los nervios y la responsabilidad. Aún así cayó el Record Olímpico, pero sobre todo el primer oro olímpico español de la natación y el segundo oro de estos Juegos de Barcelona que, esperemos, no sea el último. De hecho, esperamos que no sea el último para el propio Martín que henchido de moral opta a dos medallas más en los 100 metros espalda y en los 200 metros estilos. Difícil pero no imposible.
Buenas.
ResponderEliminarTe dejo el link al video de la final olimpica de 200 espalda. Saludos
http://youtu.be/ut8EvlVKGck
http://www.youtube.com/watch?v=ut8EvlVKGck
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